miércoles, 26 de agosto de 2020

"Mamá, ¿hoy aprendí?"... El prismático aprendizaje virtual en México.

Grandma Finds The Internet Meme Generator - Imgflip

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      Como padre, actualmente soy partícipe asociado del modelo de educación virtual (en México); el cuál le agradecemos al COVID-19; parte destacada de la apasionante serie, "2020". En esta "nueva normalidad" académica, las clases se imparten por internet, televisión, radio, y por medio digital e impreso que se puede descargar desde fuentes oficiales o que se entregará de forma clásica en los planteles.
El modelo no es perfecto. El accionar de las dependencias de gobierno ha sido torpe, confuso y lento; pero cuenta con matices innegables que merecen analizar en un espectro mayor.



"Recuérdame"
 


"Recuérdame" decía cierta mascota promocional de una golosina, en los comerciales de su marca; esto en cada medio de difusión posible, haciendo de su peculiar ave y su frase, una referencia cultural. ¿Y qué con esto?, pues que toda persona expuesta a tan amplia cobertura mediática, identifica y... recuerda, eso que con tanto empeño le plantaron en su cara; el objetivo seguro eran los niños, pero la cantidad de adultos que se sumaron debe ser increíblemente positiva para la marca.
Entonces la primer decisión acertada en un programa tan caótico, a mi parecer, es difusión.

Esta vez la programación televisiva tiene una participación activa en la educación. Ya no es solo el colocar los programas aptos para menores de 6 años y con un valor educativo marginal, o aquellos programas bien intencionados con marionetas y botargas; que igual son más un posicionamiento comercial que cultural. Ahora sí es enfocado a ofrecer la clase, por señales de amplio alcance nacional y cuya audiencia cautiva es mayor. Es sorpresivo, intrigante y sospechoso, que empresas cuyos cimientos siempre han estado asociadas con monopolios, manipulación y corrupción, sean los responsables de colocar la educación virtual en el "gran escenario". Por ahora el beneficio que se entrega, les da el beneficio de la duda.
No solo es relevante por lo abrupto de la participación de la televisión, también lo es, por ser un medio "moderadamente" accesible en la clase obrera y de escasos recursos. "Recuérdame" también es la mínima demanda de las clases menos privilegiadas; esas que por poder adquisitivo o prioridades mayores, no son poseedores de dispositivos con acceso a redes y mucho menos les representa un beneficio la cuota por acceder a internet, la T.V. e incluso la radio, tal vez llegue un poco más cerca de estos sectores.


"La educación es un derecho constitucional", es un argumento desgastado por los proselitistas. No los juzgo, en realidad suena bonito e inspirador, aún cuando no se lleva a la práctica, digo; ¿que va saber un papel de más de 100 años?. No obstante hoy por hoy, el sistema de educación virtual, es lo más cerca que se ha estado a cumplir el objetivo de ofrecer educación al pueblo.
Es cierto que hay comunidades que siguen marginadas por la falta de acceso a internet o siquiera energía eléctrica. Según entiendo, el plan es apoyarles por medio de medios impresos... pero no quiero solo asumir, ni postularme como defensor de los inciertos; si no enfocarme en lo perceptible. Por ello, lo que considero destacable, es mencionar a los que sí les representa una solución el eliminar el edificio escolar de la ecuación. A aquellos que, pese a su interés genuino en que sus hij@s recibieran educación en un plantel; pero eran objetivo de cobros de cuotas, compras de material y uniformes, problemas de distancia, cupo, horarios y demás lindezas administrativas, económicas y burocráticas. La escuela está disponible para los estudiantes mientras cuenten con uno de los medios de comunicación necesarios; sin limitarlos por cuestiones motoras, mentales o sociales. La rampa de acceso que jamás ha tenido el edificio, el retraso de lenguaje, la hiperactividad
y el "bullying" salen, por lo menos ahora, del cuadro. Gracias a la tecnología, la educación no depende de un edificio o un aula.

La escuela al fin esta al alcance quién la quiere y la necesita...

 

 ... y también de quién no.
Pese a los pocos días de iniciado el ciclo escolar, hay personas que parecen no entender el modelo "virtual". Tampoco es culpa del todo de ellos, pues el gobierno y en especifico, la SEP; no hicieron mucho por evitar la incertidumbre. Se centraron en promocionar y garantizar el inicio del ciclo escolar a distancia, pero no prepararon a los padres ni estudiantes (los ya autónomos), para entender que significaba y que implicaba el modelo.
Pareciera que todos sabíamos cuando iniciarían las clases, el resto solo se ha interpretado de forma personal y no se sabe bien las reglas del juego.

¿Debo olvidarme de mis actividades laborales o compromisos para atender el horario escolar de mi(s) hij@(s)?, ¿como lo van a evaluar?, ¿y si tengo dudas respecto a los videos?, ¿porque los videos parecen poco producidos y mal actuados o son aburridos?. Estas intrigas muestran un nivel de desconocimiento, pero también de falta de sensibilidad comunitaria, de cara a una (obvia) realidad distinta a la de principios de año.

 

El verdadero reto es ir contra las costumbres. Hábitos que de fondo se sustentaban en una mal interpretación, y para ser justos; en algunos casos, mas que "mal", diría "oportunista".

La repercusión en las responsabilidades diarias de los padres es obvia; pero la realidad es que ya era hora de separar en concepto y percepción los términos "escuela" y "guardería". Porque en serio, la escuela NO es guardería; pero se sobre entendía así (de forma oportunista) y ya era hora de entender eso, por respeto a los docentes.

¿Entonces para que queremos las escuelas?. No resto ni un ápice la importancia de estos recintos. Ojalá que no se pierdan en pos de los beneficios económicos, que sin duda, gobierno y medios de comunicación, van a encontrar posterior a la pandemia. No obstante, apreciar la labor del educador; la verdadera capacidad y dificultad que implica su labor con grupos de "N" cantidad de alumnos, serán, con suerte, una de las lecciones más valiosas que aprenderemos como padres, al lidiar con nuestros niños durante el aprendizaje a distancia. Sería espléndido que la experiencia en casa, nos enseñe a valorar nuevamente el trabajo de un maestro guiando presencialmente a un grupo de alumnos que interactúan con normalidad en un aula. Los padres podemos enseñar, pero no todos somos educadores de profesión...

"Sí, si. Muy bonito ¿y mi trabajo y mi tiempo?". Por lo menos, algo que sí está claro del programa de aprendizaje a distancia, es que está en casi todos lados y si no en un horario bajo demanda, sí en distintos horarios. Como padres nos toca ceder; no solo es que el niño tenga la pantalla enseñándole, también requiere el factor humano que mantenga su atención, la disciplina y explique al niñ@ aquello que por video no pareció entender. Si el tiempo libre se redujo porque optamos por aprender junto al niñ@. ¿Porque quejarse?, ¿no vale la pena está inversión?.
Ahora, el terreno más áspero que se pisa es "el trabajo". Aquí, sí sé que algunas escuelas y colegios parecieran dar a entender que se debe seguir un horario rígido y no tocan, convenientemente, el tema de las repeticiones de contenido en los medios de comunicación y la alternativa de tomar las clases por cuenta propia y sin participar en vivo en las sesiones por videoconferencia o redes sociales. Lleva una dificultad mayor el no seguir las reglas como las dictan, pero es ridículo perder la flexibilidad que el modelo a distancia ofrece. Piénselo, ¿creé usted que el plan no se desarrollo siendo consciente de que puede haber fallos de electricidad, de conexión a internet, huracanes o temblores?. ¿Que hay de los que viajan y son padres solteros?. Si el sistema educativo no fuera flexible, no veo muchos escenarios en los que el estudiante se pudiera poner al día, basándonos en el sistema de educación pública.
En mi particular opinión, la afectación laboral, es más fuerte de lo que debería; justamente porque las empresas, no todas al menos, se han pronunciado en pro de apoyar de algún modo a las necesidades de los padres de estudiantes. Tampoco es que sea una sorpresa, pues hay reticencia al cambio, como dije anteriormente en esté blog.

Personalmente, me encontré con un requisito de la institución en la que indicaban como material escolar "el alumno debe contar con una computadora". Admito que soy demasiado quisquilloso y tardo en digerir las necesidades sin antes elaborar mi árbol mental, para entender porque algo es mandatorio. Me detuve allí por algunos días con ideas como "cualquier equipo viejo con ratón y teclado servirá". La real magnitud del problema la capté cuando mis amigos, confiando en mi conocimiento del tema; empezaban a pedir sugerencias de como conseguir el equipo de cómputo adecuado y accesible al bolsillo. "Pues les piden su propia PC", "tengo 2 computadoras, pero como l@s otr@s niñ@s también deben tener una y estar conectados", "necesito algo por una cantidad irrisoria pero no puedo costear nada más y el equipo de la casa lo necesito para trabajar"... entre otras tragedias... Pero "pos" la escuela lo requiere.



Quisiera entender, ¿que justifica que niños, incluso de pre-escolar requieran una computadora?. Los padres que acataron ciegamente pecaron de nobles, pero la realidad es que casos así solo exhiben la poca solidaridad, sensibilidad y desconexión del mundo real, de ciertas instituciones; en este caso, educativas. Vaya, que no es lo mismo "necesita un", a "necesita acceso a...", "en cierta programación podría requerirse...", algo más imaginativo que impositivo. ¿No saben que se dirigen a padres que quizás perdieron su trabajo?, ¿padres que temen que sus hij@s se queden fuera de cualquier sistema educativo?, ¿en serio no saben que estamos en condiciones extraordinarias?.


Es importante leer entre líneas y cuestionar, sobre todo en estos momentos que la información es contradictoria o implica un costo (tiempo, económico, esfuerzo); no solo accionar de forma automática a todo lo que se pide, mucho menos sin la certeza de que se hace.

Es una oportunidad de definir las prioridades y reconocer nuestros limites respecto a como manejarán el ciclo escolar a distancia y cuán profundo será su aprendizaje. Nada se gana con seguir una dinámica estresante que no se eligió, si al final; lo que importará es lo que se aprendió.

 No hay material perfecto, ni cobertura perfecta, ni siquiera un plan perfecto; pero las herramientas están allí al alcance de la mayoría; muchos más de los que se ha alcanzado en mucho tiempo.

 

Gracias por su tiempo, nos leemos pronto.
¡Bytes!