domingo, 1 de mayo de 2022

No hay bebés en casa

 

Era una vez, una niña cuya infancia ocurría de forma tranquila y más que menos feliz y apacible. La adolescencia llega, los cambios humanamente esperados se presentan; la niña ahora es toda una señorita y esta por avanzar a las etapas que la conducirán al puerto de la edad adulta sin mayor novedad. Esta historia no tiene giros inesperados, ni dolores de crecimiento; es una llana y despejada senda de la niña que fue y ahora es toda una mujer adulta.


La voz que no se logra silenciar

De pronto, pareciera que un discurso programado se detona y libertina-mente se deja hacer presente sin ser solicitado; sin filtro, sin piedad ni empatía. Las expectativas crueles que la cultura normalizó y que las mujeres parecieran estar condenadas a soportar por algunas generaciones más, solo porque es socialmente aceptable, a diferencia de pedir amablemente al portador del morbo, que se detenga y abstenga de su intento, porque eso, aún es muy mal visto por alguna injusta razón.

"¿Para cuando los hijos?", "¿piensas tener familia?", "¿tu porque no (tienes hijos)?" "Te estas tardando, ¿no?"
 
Suena tan trivial para el exponente solo buscar saciar su curiosidad, y seguro, compartir su opinión, tampoco solicitada, dicho sea de paso.

Obviaré si es hombre o mujer aquél que mete una mujer en este terreno lodoso, es irrelevante e igual de tóxico indistintamente del origen. Esta vez, quiero hablar desde la perspectiva de padre, de hermano, de amigo, de humano, a toda mujer que por decisión o no, no tienen hijos.
 
 

 

La costumbre (no la cultura) en su contra.

Alguna vez, charlaba con alguien mayor que yo acerca de la evolución de la disciplina infantil. En esa ocasión, mi interlocutor defendía la disciplina recia, fría, tajante... y física, que predicaron e inculcaron los padres de los 40's (generación de mi acompañante). El argumento es que esos tiempos eran mejores; menor violencia, menor juventud delictiva, mayor respeto a los mayores, mejores valores en general. Le ofrecí cuestionar por un momento su argumento y considerar, que las generaciones actuales fueron guiadas por aquellos cuyos padres ejercían la disciplina con desapego y mayor fisicalidad. ¿La violencia no es un reflejo de violencia previa?, ¿el irrespeto no es un reflejo del ejemplo recibido?, ¿la des-humanización no es un reflejo del desinterés y el desapego?... La cuestión fracasó, mi interlocutor se aferró a su bastión de que simplemente eran mejores tiempos y era evidencia suficiente.

Regresando a mi tema inicial; la costumbre del interés en la vida ajena en aspectos que rayan la invasión a la privacidad, individualidad y dignidad, ha sido tan normalizado que pareciera ya ser un enemigo invisible para las mujeres. Que la familia pregunte <¿como estas?, ¿ya comiste?, ¿tu salud que tal?>, de acuerdo, es sano, confortante y reafirma la seguridad en la familia. Respecto a los hijos no existentes, ya es otro decir, partiendo desde los dos principios que hacen que esta cuestión se vaya de boca tan pronto se externa:

1- ¿La persona que lo dice, va solucionar una negativa?, ¿o como su interés aporta en algo a quién es cuestionado?.

2- ¿Antes de tocar el tema, se consideró que la cuestionada podría no querer hablar de ello?. Hay tantas preguntas incómodas que pudieron hacer y que por respeto no hacen, ¿porque no entran estos temas de los hijos en ese rango?.

Las mujeres, desde mi perspectiva ajena a ellas, son bombardeadas de estas cuestiones desde mucho antes de ser los blancos a los que tiran estos dardos.

¿Cuantas hermanas, tías, amigas, vecinas, etc, no fueron tratadas igual mientras crecías, amiga que quizás leas esto?, ¿cuantas descaradas charlas a espaldas de una afectada, no escuchaste a lo largo de tu vidas, y eran "solo el tema en turno", y es más, hasta participaste?, ¿y que tal los medios y los agentes externos?, telenovelas, libros, películas e internet llenando de una imagen unilateral las cabezas de las no madres. Vaya que hasta he sabido por las afectadas, de la falta de tacto de sus médicos recordando puntualmente que "el tiempo corre para tener familia, dese prisa"

En el paso de niñas a adultas, las mujeres ya traen casi seguro ese "programa", ser madre es parte de la vida, es bueno, aplicate en ello. Y entonces, el daño puede ser tan grande que no solo los alfileres del morbo ajeno caen sobre la mujer cuestionada, si no que ahora ELLA MISMA, podría atormentarse sola, repasando una y otra vez su condición de "mujer incompleta". Una carga mal entendida, sobre valorada y CRUEL. 

La realidad que NADIE les inculcó, mujer.

Como padre, entiendo la parte mágica de que un hijo llegue a cambiar tu vida, pero también, esa llegada, revela la situación romantizada e intencionalmente distorsionada que se les "vende" a las mujeres hace generaciones; si se compara con mujeres o parejas que buscan o buscaban tener hijos de forma biológica.

Para empezar, es más parecido a ganar la lotería. ¿Cuántos factores necesitas que se alineen para ganar el gran premio de un sorteo?, ¿un sorteo activo,disponibilidad de boletos, tener el número deseado, que el número sea el elegido, que no haya errores, que nada suceda que impida recolectar el premio al final (de obtenerlo)?.  Aplicarlo a la realidad y al tema es igual: Una pareja en condiciones óptimas, tomar su oportunidad, esperar a que el azar  juegue a favor y que todo marche en orden. Solo hace falta que uno de esos factores falle o la suerte no sonría por ahora, y eso no es tu culpa mujer, puedes ser un factor, sí (igualmente el hombre), pero no significa que esté ni remotamente en tus manos el decidir si un bebé aparecerá en tu vientre aun cuando juegues bien todas las cartas.

 

 
 
El veneno en las palabras duele, pero no mata. Respira, mujer, que lamentablemente la mala costumbre de ser agredidas con este morbo no cambie de la noche a la mañana, pero puedes empezar por establecer límites a quién lo haga o intente. A ti quizás te duela y hasta te genere alguna discusión inútil, pero con el tiempo, quizás, tu pequeña batalla impida que a futuras mujeres, justamente en tú núcleo familiar/amistoso, les suceda también. Se necesita romper esa normalización enferma y tóxica.

Generen comunidad, o busquen las que ya existan y apóyense de forma solidaria, mujeres. La unión hace la fuerza y los movimientos de igualdad, respeto y no violencia no solo deben quedarse en manifestaciones. Son muchas y entre todas pueden emprender ideológica, institucional y culturalmente un cambio. Este tema del respeto a la dignidad y privacidad de decisión a la maternidad no debería quedar exento, pues YA existen las victimas de esta corriente innecesaria de pensamiento que viven en angustia, auto desprecio o depresión, etc., y es un cambio de fondo social. Mientras más lo prediquen, más pronto cambiará el mundo.  

Finalmente, mujer; da vida, pero no necesariamente a un ser humano. Crea, expresa, ayuda, innova, desarrolla nuevos gustos, cambia el mundo para bien como te plazca. Desde mi punto de vista de hombre, veo que seguro encontrarás miles de mujeres afines, ¿las ves tú?, no estas sola ni necesitas ser alienada si lo que quieres que crezca en tu vientre es mariposas de emoción.

 

Feliz mes de las madres, hayan dado nacimiento a sus hijos, a sus metas o a sus sueños. 

Gracias por leerme.

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