martes, 1 de junio de 2021

"Si tengo 10 minutos y los quieres, son tuyos".

 

Ilustado por iconicbestiary

     Siendo un técnico en sistemas, cuya atención se debe dividir en una serie de elementos simultáneos, con el propósito de alcanzar un objetivo... o impedir que se alcance, según sea el caso. Aprecio y admiro la habilidad de las personas "multi-tareas" en varios niveles. Una capacidad digna de elogios y ensalzado... pero no está vez, simplemente hoy no.

De nuevo, utilizando la experiencia propia como ejemplo; sin duda se requiere talento e interés (mucho interés), para mantener atento al niño en la clase en línea (Era CoVid19), mientras las mascotas buscan comer algo a la vez que ladran porque algún servidor público tuvo a bien entregar el correo de la casa. Todo en tiempo récord, pues los compromisos laborales no son condescendientes para todos, y el bombardeo de un día de trabajo mas, inicia. Enajenado del resto de las situaciones cotidianas que podamos estar viviendo, lanza llamadas urgentes, reuniones no programadas, correos y correos prioritarios, mas una pizca de consulta técnica para algún compañero.

Son momentos del día que habrá quién llame "el temblor", de forma tan simplona, como atinada. Una gran cantidad de prisa, estrés y desorden, bamboleando por doquier; tan solo para retar el dominio que tengamos de la multi-tarea y haciendo desear que termine pronto, mientras el reloj dice que han pasado apenas 12 minutos y que esto se pondrá peor y peor.

 

 

    Y efectivamente, dije que por hoy; eso de ser multi tareas, no era un don, ni algo digno de aplauso. Esto porque mi tema hoy es sepultar el compartir el tiempo, en especifico, el (valioso y anhelado) tiempo libre. El dividir la atención y el esfuerzo con desinterés, sin propósito ni responsabilidad que lo justifiquen.


La limitación humana.

    Absolutamente todo tiene un precio. Intentar resolver todo a la vez no es una excepción; ya que, aún resolviendo de forma aceptable las innumerables tareas que se abalanzaron sobre tu yugular; como menos, te has desgastado física y/o mentalmente.
También, siendo honestos. Hacer de todo a la vez, significa que la atención y el esfuerzo se dividieron, y al final del día, resultó que se hizo mucho con lo menos posible, al no poder dedicar y comprometer el 100% a una sola labor.

Habla muy bien del eficiente humano que logra estos resultados, ¿que tal habla de los demás humanos que lo rodean y también pedían su atención?.


La mirada perdida.

    Seguro han visto un escenario similar. Un adulto se hace acompañar de un niño (pues, lamentablemente, no puedo decir que fuera lo contrario), de pronto, encuentran el lugar perfecto para detenerse y el adulto se pierde en la pantalla de un dispositivo móvil. Esto lleva a una situación que dura DEMASIADO y entonces no se puede negar la obviedad de la mirada perdida. Tanto del adulto perdido en un sinfín de posibilidades obtusas, incapaz de detenerse y despegarse del ladrón de su atención; como de la mirada perdida del niño, que si bien, no estará igualmente en una pantalla que haga de niñera cibernética, tristemente estará buscando la nada, resignado de que dediquen unos momentos SOLO a él.

Está normalizado y a nadie asusta la adicción a los dispositivos y a las redes sociales. Si como sociedad, normalizamos el alcoholismo y la drogadicción en muchos casos y solo compadecemos a sus familias, ¿porque no compadecer a la pareja que sentados en la misma banca, son apartados por una pantalla? (puntos extras cuando solo uno tiene un dispositivo y de remate, está presumiendo en redes sociales la cita en curso), ¿que tal un niño esperando un abrazo y solo obtiene un placebo que permita textear y navegar?. No faltará aquel que haya conseguido una respuesta áspera por haber interrumpido la experiencia "de vida" de su interlocutor, mientras leía como es el mundo según sus cientos de amigos que jamás ha conocido en persona y que han dejado horas y horas de banalidades en las cuales hundirse y olvidar la realidad.

 

Rompiendo las reglas

    Una de las máximas con las que me rijo en el día a día; es no hacer preguntas innecesarias; o al menos, no sin agregar la mención de que es retórica y de facto, que no espero una respuesta.

Esta vez me permitiré, torpemente, pero con un fin; pasar por alto la lógica y la obviedad; tan solo para sacar de mi cabeza y externar eso que quisiera tal vez hablarlo, pero requieren un destinatario adecuado.

¿Porqué es tan difícil soltar el teléfono o el dispositivo de entretenimiento ocioso por si quiera, digamos, 10 minutos?, ¿porqué pareciera necesario que la pantalla sea el elemento constante y divisor en conversaciones e interacciones con otras personas, incluso las MUY cercanas?.

Aquellos que viven inmersos en un mundo tan virtual como falso, el de las redes sociales, ¿tienen lapsos de lucidez en los que se den cuenta del problema?, de ser afirmativo, ¿cuanto duran y porque pareciera que eventualmente deciden ignorar la situación?.

A los ebrios y los drogadictos, se les sugiere buscar ayuda.


La ofensiva

    Casi escucho el viento decir, "como sabes que no se está ocupado", "tu has de estar igual", "¿Cómo sabes que solo es ocio?", etc.

Decía una amistad muy estimada, "la biblia se defiende sola", refiriéndose a que un buen creyente de la biblia, no necesita discutir su contenido cuando es puesto en duda por una persona con ideología distinta. Esto aplica para todo, y en este caso, si esté texto cuestiona hábitos en los que se está seguro y hacen mejor la vida de quién los aplica, favor de ignorar tajantemente, digo ¿quién podría salir afectado, no?.

Además, no generalizaré, no todo el mundo es así; pero defiendo que el escenario planteado, no es imposible ni poco común. Dicho esto, prosigo entonces.

La verdad que no es verdad.

         El problema más doloroso, es la negación. Todo vicio oculta una y en peores casos, varias carencias personales. Profundas heridas e indecisiones que se necesitan trabajar, pero la tecnología se utiliza como un catalizador que justifica la indiferencia. Porque parece ser así de simple, solo se necesita ser indiferente.

La indiferencia, por observación, pienso yo que es la forma más eficiente de ocultar nuestros peores demonios.
¿Te sientes deprimido?, ¿tienes pensamientos tóxico?, ¿eres incapáz de aceptarte a tí mismo?, ¿no quieres lidiar con las responsabilidades?, ¿nada te motiva a conseguir una meta por pequeña que sea?, y así consecutivamente... nadie lo notará estando agachado en una pantalla, asumiendo que solo estás "distraído". Peligrosa arma esto de las comunicaciones que "acercan" a la gente.

El otro filo de la navaja, también motiva fuertemente a mantenerse perdido en la irrealidad, y esté es la facilidad de mentir.
No importa como sea la realidad especifica de un individuo; a través de una red social se puede decir feliz, bendecido, estable y afortunado. Lamentablemente, alguien dañado, también puede fingir las mismas situaciones y pasar la vida atento a que otros reaccionen a sus exhibiciones, o de lo contrario, se dedicará a encontrar la manera de llamar la atención. Dedicando energía y recursos a la banalidad e ignorando en el proceso la realidad y las personas en esa realidad.

Entiendo la facilidad y el encanto de abstraerse; más aún cuando se está desmotivado o algo peor.
Entiendo como defender lo indefendible de querer perderse donde nadie cuestione, y también convenientemente, nadie se de cuenta de que el enemigo está oculto a plena vista.

No soy quién para hablar de tiempo libre, pero se valorar ese escaso bien.
Si llego a contar con siquiera 10 minutos míos. 10 minutos en los que las responsabilidades y las premuras se aparten; los compartiré contigo si los quieres. Prometo ignorar la pantalla.

 

 

Gracias por leerme... 

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