martes, 29 de noviembre de 2022

1996: Cuando su mano tocó mi hombro

En mis mejores momentos, siempre estará y en mis días más sombríos, recordar su confianza impulsará mi fortaleza.

[Escrito originalmente en el año 2016] 

          "Usted me enseñó que todo, siempre, debía tener una razón; por ello, justifico esta carta en la necesidad creada entre mi nostalgia y mi debilidad, durante uno de los pasajes mas desafiantes de mi vida. No podía ser de otro modo, pues, ¿como rendirle homenaje sin seguir la principal de sus máximas?.

Espero que la memoria sea uno de sus dones en sus nuevas actividades; porque de eso se trata la nostálgica inspiración que me dicta. Recordarle al niño grosero, malicioso e irresponsable. La causa perdida que usted cobijó en sus constantes consejos, paciencia, tiempo. Eso recordé en un momento oscuro y busqué su mano en mi hombro y allí estaba, tal como en ese entonces. No cambió mi mundo al reencontrarla, pero me sentí nuevamente acompañado.

Décadas han pasado desde que me confió la tarea de girar las cosas, y me siento en paz de decir que lo volví mi causa hasta hoy. Ciertamente, me costó mucho esfuerzo y bastantes tropiezos.

'Eres impaciente, impulsivo, desconsiderado y poco informado. Hasta cruel y grosero; pero hay más en ti y quiero que lo encamines bien', fueron sus palabras aquel día en dejé solo de responder y comencé a buscar razones. La consideración y la paciencia me llevaron a conocer muy buenas personas, mas cercanas a mi. Heridas, solitarias, con mucho que decir y esperando a quién les escuchara.

Dejé de levantar mi ímpetu, como sugirió. entre letras y palabras, por fin conseguí la indiferencia y un bajo perfil; bajo como un par de iniciales sin un sentido aparente, que mi nueva misión me exigía.
Como sabrá, al querer sanar; me acerqué más y más a otras personas rotas. Usted sabía lo que vendría. Que pocos apreciarían mis sutiles detalles, mi fría distancia, mi momento de contemplación, escuchar mi versión de la verdad.

Ser el personaje bonachón y la honestidad, me trajeron bastantes roces con imbéciles, que debí manejar con gracia y no con golpes. Aprendí que no todos quieren ayudar, pero si detenerte, y ahí entendí la dimensión de la misión en que me encarriló. La importancia de ser 'un lobo vestido de un lobo peor, que con sarcasmo y burla, detonaban un cambio en el punto fino que se han dado por vencidos los demás.

Muchos, por curiosidad o cariño, han tratado de averiguar como empezó mi historia. Piensan que soy blando, débil y bobo. Veo el trabajo que les cuesta imaginar en donde y en que problemas he estado, ¿cómo más habría de saber cosas tan retorcidas de sus vidas, y sus caminos de regreso?. No logran creer que un día tomé la oportunidad de sentir el dolor de los demás. Ni inmediato ni fácil, pero si lo correcto.

Cambié la acción imprudente por soledad y pensamiento, calma y contención. Porque sí, trabajé (y lo sigo haciendo) en contenerme en la innecesaria confrontación, no dejarme cegar en el dolor. 

Al igual que usted, intento tender mi mano cuando puedo, pero predico que una vez de pie, hay que ser fuerte y caminar como iguales, como individuos capaces. Dejé de aparentar y con ello de depender de la aceptación ajena.
Soy honesto conmigo, siempre. Solo yo, en la vida, me daré ese honor y me tendré esa consideración. 

No me alejo del mundo. Mis historias, mis credos, mis pasiones y fatídicos momentos, son plasmados para llegar a quién lo necesite. Siempre hay alguien que pueda estar más herido, más perdido, más solo que yo.

Que estas breves, ¿breves?, palabras, sean un pequeño homenaje, que me hubiera encantado darle en vida terrenal. Se me adelantó demasiado y yo no estaba listo para ello aún.
En el cielo, espero se entere que dejó un imperfecto 'héroe destellante', haciendo lo poco o mucho que puede. Salvando una vida a la vez, aún cuando no sepa como salvar la propia.

En el cariño perpetuo, le pido que siempre confíe en mi, tutora. En mi afán por corresponder el haberla encontrado nuevamente, en la sensación de su mano en mi hombro, le dedico al menos unas letras." 

 

-El peor estudiante, el incorregible, aquél que no tenía esperanza, H.C.

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