lunes, 21 de noviembre de 2022

Mereces que te pasen cosas buenas.

Pasados algunos días de un breve pero interesante choque de perspectivas con alguien muy versado en la psicología humana; me permití desenfrascarme de mi opinión inmediata con la cuál intentaba dirimir los argumentos en la mesa imaginaria.

 

Usualmente no me dirijo a expresar nada sin tener información; vaya que he cometido errores al tener datos que después se vieron incompletos o totalmente alterados, pero puedo decir que difícilmente he escudado mi punto en mera suposición, y para este tema en particular, en la indiferencia para quien, (ahora sí) subjetivamente, mi percepción catalogue como objeto de una injusticia. Pero por esta ocasión, después de algunos intentos [oh sí, no es que yo sea tan prudente como para detenerme en el inmediato. Mí culpa, las cosas sean dichas como son] de poder intercalar los detalles que sustentaban mi punto de vista; simplemente permití que mi interlocutor concluyera que tenía una idea, una solución y una indiferencia final que no requerían conocer más a fondo el tema que intenté desarrollar, pues bastó el inconcluso esbozo que apenas y medio dí de apertura.
La falta de desarrollo ni desenlace eran necesarios, la conclusión que se me ofreció por tratar de refutar fue:











"Eres responsable de lo que te pasa"

     La imagen que ven un par de renglones arriba, corresponde al transbordador espacial Challenger, los detalles de la tragedia de está nave son fáciles de encontrar en internet y no es este el foro ideal para tratarlos; pero, quiero tomar el factor humano de dicha tragedia para fortalecer mi perspectiva.

5 personas conformaban la tripulación del transbordador y murieron cuando la nave explotó tras unos instantes de su lanzamiento.

Para simplificar, acorde a lo que intento expresar: personas toman decisiones que implican un cierto riesgo, sucede algo malo y hay consecuencias lamentables. ¿Son responsables de su tragedia?.

Días y días le daba vuelta a este argumento. No me convencía del todo, pero en parte, mi parcialidad quería ver que perdiera fortaleza. Algo en "eres responsable de lo que te pasa", simplemente no estaba bien. Sonaba vacío, conveniente y un tanto despiadado.

Puedo entender que somos responsables de que nuestras decisiones nos expongan a un riesgo de cualquier modo pueda este ser. Ir a trabajar, comer o descansar, suena tan simple que uno no piensa que será atropellado, se intoxicará o un corto circuito en la casa adjunta incendiará tu espacio.

Entonces, ¿eres responsable de lo que te pasa?

    

     
     Empezaré por decir que a mi parecer, mi interlocutor, se quedó en un concepto demasiado rígido; y miren que de ser necio, yo tengo carrera y amplia experiencia. 

Creo que todo se reduce a un tecnicismo, que mi interlocutor quizás uso las palabras mas confiables que tenía a la mano y por ello se abrían tanto a la interpretación culposa y desventajosa de mi parte. Ahora pienso que quizás su idea podría ser decir "eres responsable de las consecuencias de tus acciones", de ser así, ¡claro!, imposible no estar de acuerdo y con ello encasillar a cualquier delincuente, pervertido y oportunista que se gane un mal rato pagando su karma.

Me niego a creer en el valor de "eres responsable de lo que te pasa", porque, ¿como atreverse a usar semejante discurso, cuando ha sido manchado con tantas culpas injustas?. Personas desaparecidas, violadas, agredidas, padres de hijos rehenes y manipulad@s emocionalmente; ¿cual fue su responsabilidad?, ¿encontrarse con la situación y su agresor?. Nos falta empatía, a un grado francamente atemorizante.










El daño, que si es responsabilidad nuestra

      El porqué me importa este tema, es porque personalmente entiendo el camino que debe recorrer aquél a quien se le responsabiliza por lo que "pasa" sin, nuevamente, mostrar empatía y a fondo entender que sucedió que lo llevó a una situación de vulnerabilidad física o emocional.

Por mucho tiempo, observé personas que sufrían pero que podían ser salvadas; lamentablemente se perdían en una gran zona gris. Incapaces de acudir a su familia sin ser juzgados ni oprimidos, menos aún de acercarse a ayuda profesional que se percibe fría, metódica y distante. Cuando se esta perdido, se busca volver a un sitio seguro, pero sin esa conexión, perdido estás y así te quedas. Escuchar sin resolver podría haber hecho el truco en varios casos; pero nadie quería guardar su opinión y solo abrir un poco sus oídos con real interés en el prójimo. Y aclaro, es válido no ser el destinatario correcto de una historia, pero creo poco humano el no ser claro en ello, con quién te va a compartir su sentir; porque alguien te está regalando su confianza, no es poca cosa y lo siento por aquellos que no sepan valorar la importancia de esto.

Así, pues algunas almas se alejan por completo, pero también, esta "responsabilidad" injusta, hace a otros quedarse en las prisiones que la sociedad en ignorancia o desinterés arroja sobre ellos sin mucho detenimiento. Personas valiosas que no logran escapar de sus agresores o sus culpas, porque les han vendido que "ell@s se lo buscaron", "ell@s causaron" y demás joyas del estupor humano que justifican al perpetrador y doble victimizan al afectado.



 



   

 

 

"Mereces que te pasen cosas bonitas"

       No hace mucho, escuchaba la historia de alguien que tenía muchas situaciones difíciles que necesitaba resolver y sanar. En su mayoría, se desencadenaban en el control monetario, desconfianza e incertidumbre que se habían ido plantando y alimentando por años por su agresor, para impedir que esta persona se sintiera suficiente como para valerse por completo por si mism@ sin temor a repercusiones o al fracaso.

Me refleje un poco en su charla. Pensaba en situaciones complicadas que personalmente había pasado y caí en la cuenta de que en un momento así, la duda abruma, no ves clara la salida del túnel. Te tienen de rehén en tu propia cabeza y es simplemente horrendo.

Entendí que de pronto nos ubicamos como los destinatarios correctos de nuestras experiencias en particular, que en otros oídos solo conducían a soluciones innecesarias y prejuicios. Es triste pensar en cuantas personas están en dificultades o depresión esperando a ser simplemente escuchados en este mismo instante. Recordé, "eres responsable de lo que te pasa"; lo cuál negué con la cabeza sin decirlo y le compartí a mi acompañante: "merecemos que nos pasen cosas buenas".


Gracias por leerme.

¡Bytes! -H.C.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario