miércoles, 5 de octubre de 2022

De la fragilidad al poder incontenible

 

Si no eres una persona tímida, callada, pesimista, dubitativa, indeterminada, con tendencia a ceder o anularse por completo por evitar el mínimo dirimir de ideas, mucho más un posible conflicto; seguro conoces a alguna.

    Y no falta ser de uno de esos nichos para identificarte con ellos; una combinación de realidad y coincidencia pueden causar que la persona mas confiada aprenda que el mundo no siempre es positivo y caiga en la incertidumbre e inseguridad.

No escarbaré desentrañando las raíces de las razones, varias, que arrastran a la gente a sentirse poco determinada; sería un ejercicio tan extenso como inútil, pero si quiero caminar a la luz roja que me ha llamado la atención, acerca de como una suerte de elementos pueden despertar una voluntad indoblegable, en estas personalidades lejos de ser arrolladoras.

 

 

Partiendo de la estática

      A todos nos ha pasado hacer esa pequeña reflexión tortuosa de ¿qué hecho de mi vida?, ¿ya alcance el éxito más grande que he de alcanzar?; posteriormente se empieza la lluvia de ideas, las ideas son invadidas por expectativa, la expectativa se atenúa en el realismo y entonces, se filtran los que tienen voluntad, recursos o poca prudencia. Ellos dan un paso adelante y al cobijo de capacidad y suerte les va bien o mal persiguiendo un objetivo.

Por otra parte, están los que no se sienten capaces, no cuentan con los recursos o pecan de ser muy cautos para arriesgar, justificadamente o no, el costo de alcanzar la meta.

Ambos empiezan de la nada, de la inmovilidad, de la estática. Unos iniciaron la carrera y otros solo quedan de pie mientras se miran confundidos y temerosos.

Aquí es donde colocaré mi tercer filtro: aquellos que si se lanzaron a la aventura, pero fracasaron de forma impactante; el nivel de impacto que intimida y te convence de que no debes volver a tratar.

Así, mi estimado lector, obtengo mis personajes a desarrollar; el grupo de temerosos con asustados, a los cuales la lógica no les hará por lo pronto, decidirse a dar ese gran paso en búsqueda de ese "algo" anhelado.


No todos los caminos parecen ir a la salida

       El primer gran problema es la incertidumbre del destino que se alcanzará del otro extremo del esfuerzo requerido, y para ser justo, no solo hablo de trivialidades como "encontrar el amor de la vida", "ser popular", "verme acorde y destacado a lo socialmente deseable y aceptado"; porque hay metas que se pierden por temor e indecisión, pero justificado y de riesgo económico, social, emocional o físico considerable.


En algún lugar del mundo hay una familia que se siente ignorada, mientras un familiar ha desaparecido días, semanas, meses antes. Solo se les ha ofrecido permanecer en calma y esperar lo mejor. Su estado emocional decae en la espera, no hay paz, no hay descanso, no hay consuelo. Salir a las calles y convocar gente afín a su tragedia les cuesta sus ingresos monetarios, un desgaste físico, un riesgo a su integridad. Esto no garantiza que serán escuchadas sus  demandas, que su voz llegará a su ser perdido o que el resto de la gente empatice con su causa. ¿Deben arriesgar lo poco o mucho que tienen y son?.


Un miembro de una pareja, no hace falta determinar el sexo, siendo justos; considera separarse, huir de la unión que le ha costado agresiones físicas y chantajes emocionales, pero el riesgo de la ejecución es lidiar con un peligroso embate de la otra parte cegada por la ira en inestabilidad emocional  y alienación injusta para con sus hijos. Impacto económico, desgaste mental, burocracia y abuso de la ley es como poco con lo que tendrá que enfrentarse tan solo por buscar un acuerdo equitativo que lo acerque a los menores... Es fácil saber la decisión correcta, pero, soportar el precio de la ejecución ¿lo es?.


Tal vez de quién hablo, sea una persona que unilateralmente es el único soporte económico de una familia humilde, que quizás monetariamente carente. A esta persona se le presenta una aparente gran oportunidad de alcanzar la estabilidad económica, pero a riesgo de poner en juego lo poco que poseen y tienen ahorrado, todo apunta a un éxito y ciertamente es poco probable que pueda fallar, pero, ¿vale el techo y el pan, de cada cabeza que depende de él?.

Estos son pocos ejemplos de quiénes necesitan un salto de fe, a precio alto y que de caer, lo harán estrepitosamente y con consecuencias nada agradables. El temor es entendible y la fortaleza necesaria es mucha. Tomar la oportunidad requiere solo un instante de iluminación, la sonrisa de la verdadera suerte.


Sorpresa, sorpresa

    Están en contraparte, aquellos que sus dudas están más aterrizadas a una circunstancialidad controlada. Personas que no saben si emprender un negocio de bajo riesgo, raparse su cabeza, pintarse el cabello multitonos o comprar un coche.

Es curioso como estas personas parecen predominar de un par de generaciones atrás. Es entendible que decender de (bis/tatara...)abuelos de ciertas épocas, generó padres temerosos religiosamente, prejuiciosos a la libertad de expresión artística, sexual e ideológica que hoy están tan avanzadas. Entiendo que quizás los abuelos de hoy y algunos padres carezcan de autoaprobación. Lo que llamo curioso, es el facto de que no parece haberse roto ese patrón de requerir la validación e impulso ajeno; al contrario, las tribus urbanas e internet parecen haber afianzado más la necesidad de aprobación de nuestras acciones por terceros, por encima de aprovechar la incontable e inmediata información con que contamos para ser suficientes de hacer una comparación, analizar y decidir de forma autónoma.

Una persona incapaz de tomar sus decisiones, se dejará manipular y errará sin responsabilidad, incluso culpando a los demás por las malas elecciones que su incapacidad de ser dueño de su accionar.


Entonces solo deseo que aquellos que necesitan dar el salto de fe, por su paz y bienestar; logren encontrar la ventana de oportunidad. No están solos, en verdad quiero creer que así es. También, espero que si de tus manos depende inculcar o trabajar para ti la aprobación personal de tus actos, le hagas el favor al mundo, y a ti, de poner manos a la obra. Hacen falta personas responsables y seguras que hagan el cambio.


Gracias por leerme.


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